Descripción
Las organizaciones, tras la crisis sanitaria, han resuelto una situación disruptiva de forma satisfactoria, demostrando una gran capacidad de respuesta. En otras palabras, han resuelto lo urgente y ahora tienen que hacer frente a lo importante: adaptarse a la nueva realidad.
La demanda ha entrado en una etapa de alta volatilidad con fluctuaciones repentinas e impredecibles y apunta a un cambio de patrones aún nodefinidos. Esto tensiona la planificación de unos negocios acostumbrados a operar en márgenes más acotados.
En consecuencia, la reactivación de la actividad económica se está produciendo de forma desordenada, con un desajuste en los procesos internos y de la cadena de valor. Por ejemplo, mientras algunos departamentos se han visto desbordados de actividad, otros se encuentran paralizados.
En este contexto, el CIO se ve forzado a un cambio en sus prioridades para afrontar un futuro marcado por una fuerte transformación tanto hacia fuera como hacia dentro de la organización.